martes, 27 de noviembre de 2012

Definiciones


Convivencia

La convivencia es una forma de relacionarnos entre nosotros, que debemos escoger desde muy jóvenes. Para la convivencia positiva es necesario el respeto, el amor, el perdón, entre otros, debemos tolerar las costumbres de otras personas.
El ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima y estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Los seres humanos son fundamentalmente animales grupales y su bienestar es mucho mayor cuando éste se encuentra en un ambiente armónico, en el cual se vive en estrecha comunión.
Para la convivencia es indispensable la independencia y la autoconfianza, pero en el discurrir de la vida no puede prescindirse del apoyo y de la compañía de los otros.
Como señalan ciertos exponentes del existencialismo no puede haber un "yo", sin un "tú". Esta interdependencia social es mucho más que un abstracto concepto filosófico, constituye una necesidad humana fundamental.
Es la condición de relacionarse con las demás personas o grupos a través de una comunicación permanente fundamentada en afecto y tolerancia que permite convivir y compartir en armonía en las diferentes situaciones de la vida. Y amabilidad con todos siempre en cualquier lugar y en cualquier momento.



Amistad

Para sentirse feliz, el ser humano necesita amigos. Sin ellos, puede caerse fácilmente en la apatía, en la inactividad o en la depresión crónica. Esto explica los estrechos vínculos entre el suicidio y la alienación social, demostrados por primera vez por el sociólogo francés Émile Durkheim en su clásico libro El suicidio, publicado en 1897.
Durkheim, analizó todos los factores que podían llevar a una persona a quitarse la vida –tales como enfermedades, pérdidas personales y dificultades económicas– pero concluyó que el determinante principal era lo que describió como “cohesión social”. Las personas que se sentían parte de un grupo estrechamente unido tenían menor probabilidad de cometer intentos de suicidio que quienes estaban más aislados.

La familia

Una de las formas más usuales en que se verifica la convivencia es la familia, unidad básica de la vida social o comunitaria.
En el pasado, y especialmente dentro de ciertas tradiciones de etnias occidentales, la familia era un núcleo amplio, que no sólo abarcaba a marido y mujer, e hijos. Comprendía también, en grado no poco frecuente, a los abuelos, y a veces, algún otro familiar.
Poco a poco, la familia ha ido adoptando la estructura nuclear, alimentada por los componentes esenciales de marido y mujer e hijos.
En la actualidad, no es infrecuente que haya roces entre los progenitores y los hijos. Al llegar a la pubertad, por razones psicofisiológicas, y fundamentalmente sociales, los adolescentes entran en conflicto con la paternidad, en sentido amplio. Lo social alimenta valores no siempre coincidentes con los que imperan en el núcleo familiar. En ese orden pueden darse conflictos. El natural deseo de emancipación de la adolescencia está en los tiempos actuales, y ya desde antes de la entrada en el siglo XXI, en choque a veces continuo entre jóvenes y padres. Con frecuencia se hace necesaria la intervención de un terapeuta familiar.
El otro gran problema de la familia, que se ha ido acentuando progresivamente, es el del ajuste en la convivencia entre el marido y la mujer, ejes de la familia. La creciente intervención de la mujer en el mundo del trabajo, el cambio de los roles femeninos en el ámbito social, la emancipación creciente de la mujer de su sujeción al hombre y de los esquemas sexuales por la revolución sexual, han tornado cada vez más compleja la vida en común. Se necesita de la convivencia por todo lo antedicho en este artículo, pero la ejecución de la misma, en el marco de la familia, la ha tornado con frecuencia ríspida. Los niveles de tolerancia ante las diferencias no fueron tal vez nunca fuertes, pero la dependencia de la mujer en grupos patriarcales del pretérito, la llevaban a un sometimiento y a un ajuste dependiente y forzado. Tal cosa hoy no se verifica, y la disolución de parejas se ha ido incrementando.
Separaciones y divorcios son, en la actualidad, un lugar común, así como también las infidelidades sexuales por ambos cónyuges. Los pactos contractuales explícitos o tácitos que implica un matrimonio, sea civil o religioso, ya no son respetados como antaño. Y ello conduce a conflictos crecientes, a desencuentros, a pasivas tolerancias en donde el amor y el profundo afecto ya no cuentan. Tolerancias que son movidas tan sólo por la costumbre o la forzada aquiescencia mutua en razón de la presencia irrecusable de hijos.
Como nunca, tal vez antes, el "arte de la convivencia" se ha hecho indispensable, para que lo que conforma una necesidad del hombre sea compatible con los moldes socio-históricos en que los individuos deben moverse y desarrollar sus vidas.

7 comentarios:

  1. Gracias pero de esos solo me sirvio uno porque necesitaba la amistad como contribuye la convivencia armonica. Y ahora necesito la amabilidad, la sinceridad y la honestidad como contribuyen a la convivencia armonica. Pero gracias por ayudarme con una si se pudiera dar estrellas a esta pagina le daria cinco porque hay demasiada informacion buena con la que los seres humanos podemos aprender.

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  2. Así es hay muy buena información sirve para auto educarnos.

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  3. no me salio lo que queria buscaba comvivencia armonica NO ESTO.

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